Las desdichas de la República Desde comienzos del s. XVII empieza a haber disensiones entre las provincias marítimas, profundamente republicanas y dominadas por los comerciantes y los armadores, y las del interior, donde siguen prevaleciendo los intereses feudales. Los príncipes de Orange, artífices de la victoria sobre España y por ello muy populares, se enfrentan a los republicanos y tratan de restablecer la monarquía. Cuando en 1621 se reanuda la guerra con España, el excelente estratega Mauricio de Nassau se encarga de dirigir las hostilidades. Pero su función de estatúder de Holanda le permite ejercer un poder cada vez más fuerte y centralizador. Su heredero, Federico-Enrique, triunfa sobre España: las Provincias Unidas se expanden hasta la desembocadura del río Escalda. Pero su sucesor muere sin descendencia y en el año 1651 se restablece la República, bajo la dirección de Jan de Witt. Se licencia al ejército y la expansión económica pasa a ser precisamente la preocupación dominante del país.