Los comienzos de la Europa campesina Durante estos milenios anteriores a las grandes migraciones hacia el oeste de los pueblos asiáticos, las tierras de estas regiones van tomando su imagen histórica y se establecen entre los hombres y la Madre Tierra relaciones que dejaron profundas huellas en las tradiciones vivas. Los pueblos que viven entonces en el Occidente europeo, sobre todo entre el Rin y el Atlántico, nos son prácticamente desconocidos. Apenas nos quedan restos y los que tenemos nos ofrecen poca información sobre su paso del estado nómada al sedentario. Entre el momento en que los cazadores se protegen en las cuevas y aquel en que surgen los poblados, acontece una larga aventura. Se puede pensar que hacia el VI milenio, los hombres que vivían en el oeste de Europa ya han arraigado en un lugar del que apenas se alejarán, porque en él encuentran, a la vez, la subsistencia material y el alimento espiritual. Estos pueblos trabajaron la tierra y le dieron su configuración actual.