Los hongos parásitos Un arma discreta, pero eficaz. La mayor parte de estos hongos son seres microscópicos que se desarrollan en lugares determinados de la planta: las hojas, el tallo e incluso las raíces. Normalmente se ven a simple vista, principalmente cuando sus fructificaciones crecen con formas y colores muy variados. Se habla de «royas», «tizones», mohos grises o blancos, roñas, manchas —en las frutas— y chancros. En todos los casos hay que intervenir inmediatamente, ya que la aparición de estos síntomas quiere decir que la planta está seriamente infectada. Lo ideal es prevenirlo, razón por la cual en todos los países agrícolas se han creado oficinas de información que aconsejan a los agricultores las observaciones científicas que han elaborado los servicios especializados. Asimismo, en las fronteras se vigilan los vegetales que entran, con el fin de evitar experiencias como las que vivieron Francia y España a finales del s.XIX con la llegada del mildiu, que destruyó infinidad de plantaciones. Los productos de tratamiento —numerosos— se presentan en forma de soluciones o polvos, a utilizar en fechas precisas. También se sigue empleando a título preventivo en los terrenos hortícolas la desinfección del suelo con vapor de agua.