Magia del cine: el dibujo animado
Del papel al filme A pesar de un éxito de diez años, los pequeños filmes de Reynaud (que duraban, a veces, hasta 15 min) no tuvieron continuidad. Hay que esperar hasta 1907 para que Emile Cohl en Francia y Stuart Blackton en América inventen, al mismo tiempo, el dibujo animado propiamente dicho. El primero trabajaba en unos figurines muy esquematizados (los fantoches), y el segundo, en unas metamorfosis (un elefante se convierte en bailarina). Los fantoches de Cohl vivían las aventuras más extravagantes, al capricho de su grafismo. Estas creaciones se realizaban en hojas de papel fuerte, pero ya unos rayados permitían ciertos trucos, como el pase de una escena al revés. En 1914-15, se registraron las primeras patentes para el empleo de hojas de celuloide, perforables como las películas ordinarias. Entre otras ventajas, el celuloide es transparente y, por tanto, permite filmar decorados hechos con independencia de las figuras.
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