Capítulo V: Mercado regional, transporte ferroviario y política de tierras

Cuadro 10. Diferencias de peritaje entre José N. Puccio, Juan
Arrosagaray y Lisandro Paganini, expropiación de la Estación
Central del FCOS en 1883

Propietariosm2Tasación perito Puccio ($ fuertes por vara cuadrada)Tasación perito Juan Arrosagaray
($ mn por m2
con la equivalencia en $ bolivianos)
Tasación perito en discordia Lisandro Paganini
($ mn por m2)
$ fuertes
recibidos por propietarios
1. Ángel Montagno1.124,932513 = 21,3216225
2. Mariano Marull1.888,852713 = 21,3218339,99
3. Pilar Mansilla de Echezarreta3.009,152413 = 21,3215451,37
4. Casimiro Machado5.527,992212 = 19,6816884,47
5. Cayetano García1.133,753014 = 22,9620226,61
Total12.684,672.127,44

Fuente: elaboración propia según ATPR, Causas Civiles, serie C, tomo 52, 1887, Joaquín Fillol en representación de Carlos Casado s/ expropiación del FCOS Juicio contra los propietarios Pilar Mansilla de Echezarreta; Cayetano García, Lorenzo Silva, Mariano Marull, Casimiro Machado, más Ángel Montagno, por expropiación, Juzgado Civil y Comercial, primera Sección, segunda circunscripción, Rosario, juez Manuel R. César, secretario Artemio Sánchez.

La tercera propiedad afectada fue la de Pilar Mansilla de Echezarreta, ubicada al costado de la de Mariano Marull. El FCOS ofreció pagarle $ 0,15 mn el m2 pero al realizar las mensuras se descubrió que el terreno no medía 3.009 m2 como se pensó al inicio del proceso judicial, sino 6.928 m2, es decir, más del doble de la superficie originaria. El juzgado citó a la mujer mediante edictos que nunca respondió y tras comprobar que había fallecido dejando como única heredera a su hija Ignacia Echazarreta de Maldonado, convocó a esta última para conseguir que transfiriese la propiedad a Casado. Ignacia, denunció al empresario español por ocupar ilegítimamente sus tierras construyendo la Estación Central del FCOS, aunque aceptó recibir una indemnización valorada en $ 450,85 mn. Como no sabía leer ni escribir, su hijo firmó por ella no sin antes argumentar que se sometía a la decisión judicial «solamente por evitar cuestiones con el FCOS que me son odiosas, y no porque deje de reconocer los vicios de nulidad que tiene este juicio y el vil precio a que se ha tomado mi terreno en la parte expropiada».

La cuarta propiedad fue la de Casimiro Machado, cuya esposa decidió ceder sus derechos al abogado José Olegario Machado quien por entonces residía en Buenos Aires. En abril de 1886, es decir, tres años después de inaugurado el FCOS, el abogado Machado acusó a Carlos Casado de ocupar su propiedad y de construir la Estación Central sin contar con títulos legítimos de propiedad. Machado argumentó la incompetencia de la jurisdicción provincial y acudió al juzgado federal utilizando la condición de extranjero del concesionario. Según él, era «público y notorio que el señor Casado es extranjero y que yo soi [sic] argentino, es igualmente público y notorio que soi vecino de la capital de la República y que el señor Casado lo es de esta provincia».

Finalmente, la quinta propiedad expropiada por la sociedad anónima fue la de Gerónimo García y sus dos hijos, Valeriano y Pedro. El 30 de noviembre de 1883, después de conocerse los valores fijados por Paganini, los García nombraron al procurador Jacinto Rodríguez Pardo, dijeron al juez que no sabían firmar, pidieron a tres personas que lo hicieran por ellos, y afirmaron haber sufrido intimidaciones por parte del «grupo Casado» con la intención de que abandonaran sus casas. El procurador Rodríguez Pardo preguntó al juez en su escrito «¿con qué derechos se pretende despojarlos? ¿Con el de la impunidad, recursos con que se acostumbra a proceder?», frase que permite deducir el estado de ánimo de las personas afectadas por la construcción de la Estación Central y que nos sirve para introducir el apartado de este capítulo.

Mientras tanto, Arrosagaray alegó que las viviendas de los García eran simples ranchos, y que su precio no podía superar los $ 128 mn. El perito Wenceslao López Lasso sostuvo que Casado pretendía expropiar el terreno en el cual se encontraban las casas de los García sobre el cual había construido el local de la Estación y que, por ende, el precio debía ser $ 0,30 mn el m2. Agregó además $ 280 mn por los ranchos. En ese punto el juez decidió volver a convocar a Lisandro Paganini como tercer perito en discordia y el valor fijado por el m2 fue de $ 0,20 mn. Este precio fue rechazado por el propio juez quien declaró que la indemnización que Casado pretendía entregar a los García no se ajustaba a derecho. Casado igualmente consiguió quedarse con la propiedad pagando sólo $ 410,60 mn en un acto en el que estuvieron involucrados José Dam y Juan Dam, gerente y director general, respectivamente, del Banco Provincial de Santa Fe en el que Casado ostentaba un gran poder.43 De esta manera, la entidad bancaria fue instrumentalizada para garantizar que el español consolidara su proyecto ferroviario y colonizador. Como veremos, Casado abandonó literalmente la dirección del banco desde el momento en que dio por acabados los últimos dos ramales del FCOS a San José de la Esquina por el oeste y a Melincué por el sur. Hasta ese momento los durmientes necesarios para construir las vías eran importados por la casa de P. Omarini Hermanos,44 pero justo en ese momento Casado tuvo la posibilidad de adquirir tierras ofertadas por los Estados argentino y paraguayo en el Gran Chaco, que eran ricas en quebracho, una madera idónea para fabricar durmientes del tren. La consolidación de la línea férrea se dio en 1886, precisamente el año en que Casado se convirtió en uno de los mayores terratenientes del Cono Sur latinoamericano desembarcando en el Chaco Boreal.

5.2. El impacto del FCOS: las propiedades de los Casado-Sastre en la provincia de Santa Fe

En 1886 Carlos Casado y la Escayola, Canals y Compañía, liderada por Juan Canals, concentraban el 50,1% de las acciones del FCOS, el primero 22% y la compañía el 28,1% (Cuadro 11). La Junta general extraordinaria de accionistas de la sociedad anónima decidió en ese preciso momento ampliar su radio de acción y otorgar un poder amplio a Casado para que pudiese incorporar capitales o fusionar el «ferrocarril corto» a otras compañías férreas de Europa.45

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