La tentación del juicio moral en Historia. El ejemplo
Se han retratado ya tantos y tantos historiadores en la corta historia de su profesión científica –el siglo xix, de ser correctas nuestras presunciones– en lo que a juzgar respecta, que, puestos en el juzgar, las fronteras entre unos juicios y otros se confunden. Si por una actitud hermenéutica natural tuviéramos que decidirnos, podría tomarse ya como asentada la introducida unas páginas atrás: se juzga de acuerdo con lo que se desea o sabe, y esto, en relación con lo que nos es inferior o nos supera. Hasta donde sabemos, por supuesto: en la medida en que cada uno se considere capaz –o incapaz– de hacer algo de lo que oyó. La acción más característica del ser humano tendría que ser la moral, por exclusiva. Más característica, pues, por ser la más elaborada, pues quien puede lo menos no siempre puede lo más. «Juzgar moralmente», así situados, parece ser por obra de consecuencia el primer impulso del juez. En Historia suele ser, al fin y a la postre,...
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