A fuego lento: 32

21/12/2010 814 Palabras

A fuego lento de Emilio Bobadilla Capítulo II El día amaneció moralmente borrascoso, más borrascoso que de costumbre. Baranda, después de desayunarse, se preparaba a salir para ver a sus enfermos, cuando Alicia entró en el consultorio, simulando buscar algo. El doctor se la quedó mirando con cierta sorpresa. -¿Qué me miras? -le preguntó con marcada hostilidad. El médico, sin contestar, continuó mirándola con fijeza. -Ya sé que intentas dejarme plantada -agregó Alicia con tono agresivo-. Claro, quieres eliminarme para poder entregarte libremente a la otra. El doctor no respondió palabra. -¿Para eso me seduciste? -Sedujiste, sedujiste. -Bueno, sedujiste o seduciste. Da lo mismo. A mí nadie me ha enseñado nada. Yo pude casarme muy bien en mi país. ¡Cuán otra hubiera sido mi situación! -Sí, andarías en chancletas, comida de piojos... -contestó Baranda. -¿Conque en chancletas, eh? ¿Conque comida de piojos, eh? -replicó Alicia poniéndose en jarras y...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info