Brenda : 31

Brenda : 31La red corvinera de Eduardo Acevedo Díaz El mar estaba tranquilo, terso, quieto como una costra de hielo; la barca inmóvil, con los remos caídos a las bandas; la atmósfera tibia. Allá en lo alto, entre sus ondas de luz, vagaban con las alas tendidas en círculos majestuosos algunas grandes gaviotas de pico dorado, cuyas notas vibraban claras y sonoras en el espacio límpido y sereno. Cantarela se había sentado en una banqueta, junto a popa, de espaldas a la playa, débil y abatida. Con el índice en los labios y la vista en la línea del horizonte, dejó transcurrir largos minutos, sin darse cuenta de la demora de Marcelo. Parecía absorta en la contemplación de aquellos dos espacios azules, que la línea ideal confundía como una alianza de profundidades y misterios, entre el abismo y el vacío; pero, en realidad, estaba ella mirándose en su interior, donde también coincidían por...

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