Clemencia Primera parte: 5
ClemenciaPrimera Parte Capítulo V de Fernán Caballero Primera parte Capítulo V Constancia no tenía más que una amiga y una confidenta, y esta era Andrea, que había sido su ama. -¡Válgame, Dios, hija! -le decía ésta una mañana en que solas se hallaban en el cuarto de Constancia-: ¿es posible que des esta pesadumbre a tu madre, que desperdicies tan buena suerte como se te brinda, todo por haberte encariñado a tontas y a locas? Como que te parecía todo el monte orégano. Bien te lo avisé; pero los consejos son como los muertos: no se conoce lo que valen hasta que pasa su tiempo. Recuerda cuántas veces te dije: Ese muchacho, muy bueno será, no digo que no; pero con él no puedes pensar en casarte. -¿Y quién piensa en casarse? -repuso ásperamente Constancia. -¿Quién piensa en casarse? ¡Mire usted que cuajo! ¡Toma! Todas las mujeres que no tienen otro guiso, a menos que no se quieran meter monjas. -Ahí es donde vas errada, ama; que las hay que no piensan ni...
Está viendo el 10% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas