David Copperfield - Primera Parte - Capítulo XVIII
David Copperfield Primera Parte: Capítulo XVIII de Charles Dickens ¡Mis días de colegial! ¡El silencioso deslizarse de mi existencia! ¡El oculto a insensible progreso de mi vida; de la niñez a la juventud! Dejadme que piense, mirando hacia atrás, en el agua que corre de aquel río que ahora es sólo un cauce seco y con hojas. Quizá a lo largo de su curso podré encontrar aún huellas que me recuerden su correr de antaño. Y durante un momento volveré a ocupar mi sitio en la catedral, donde íbamos todos los domingos por la mañana, después de reunirnos con tal fin en clase. El olor a tierra húmeda, el aire frío, el sentimiento de que la puerta de la iglesia está cerrada al mundo, el sonido del órgano bajo los arcos blancos de la nave central, son las alas que me sostienen planeando sobre aquellos días lejanos, como si soñara medio despierto. Ya no soy el último de la clase. En pocos meses he saltado sobre varias cabezas. Pero Adams, el primero, me parece...
Está viendo el 5% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas