A Galión Vivir felices, Galión hermano mío, es el deseo de todos los hombres pero sus mentes están ciegas y no tienen una visión clara de exactamente qué es lo que hace feliz a la vida. Es que no resulta nada fácil lograr una vida feliz porque, mientras más ansiosamente alguien quiera alcanzarla, más lejos se hallará de ella si ha cometido un error a lo largo del camino. Caminando en el sentido opuesto, su propia velocidad aumentará la distancia que lo separa del objetivo. En primer lugar, por lo tanto, debemos establecer a qué apuntamos; luego debemos ver cual es el camino que nos conduce a ello con la mayor rapidez, y a lo largo de la jornada misma, si es que estamos sobre el camino correcto, descubriremos cuanta distancia hemos recorrido cada día y cuánto nos hemos aproximado al objetivo hacia el cual nos dirigimos por deseo natural. Pero mientras deambulemos sin rumbo fijo y sin guía alguna, siguiendo el ruido y los gritos discordantes de quienes nos llaman desde...