Es posible definir este bien nuestro también en otros términos; esto es: la misma idea puede ser expresada en un lenguaje diferente. Un ejército sigue siendo el mismo a pesar de que a veces se despliega en una línea más larga, o bien se concentra en un espacio reducido y se dispone, ya sea con un centro ahuecado y alas curvadas hacia delante o bien en un frente recto. Mas allá de cuál sea su formación, mantendrá el mismo espíritu y la misma resolución de defender la misma causa. Del igual modo, la definición del supremo bien puede ser dada, ya sea en forma prolífica y extensa, o bien en forma resumida y concisa. Por ello, vendrá a ser lo mismo si digo: «El supremo bien es un ánimo que se burla de las ocurrencias del azar y se complace en la virtud» o bien si digo: «Es el poder de la mente que me hace ser inconquistable, sabio por experiencia, sereno en la acción, capaz de hacer gala de una gran cortesía y consideración en el trato con los demás.» También puede...