«Les irá mal – me dices – porque interferirán muchas cosas que perturban en alma y opiniones diversas, entrando en conflicto entre sí, alterarán la mente.» Así será, te lo garantizo; pero sin embargo, estas mismas personas, por más tontas que sean y por más que estén condenadas a arrepentirse, experimentarán placeres muy grandes, por lo que tienes que admitir que – aun cuando no sufran ningún dolor en el estado en que se encuentran – carecen no obstante de una mente sana y, como es el caso de muchos otros, festejan en medio de la locura y se ríen mientras se destruyen. En cambio, por el otro lado, los placeres del sabio son serenos, moderados, casi indiferentes y controlados; apenas si se los nota porque vienen sin que se los llame y, si bien llegan por sus propios medios, no se los ensalza y son recibidos sin alharaca por parte de quienes los experimentan; porque se les permite entremezclarse sólo de vez en cuando con la vida, tal como lo hacemos con los...