Existen hombres que se han impuesto ideales como los siguientes: «En lo que a mí concierne, consideraré a la muerte y a la comedia con la misma serenidad. En lo que a mí concierne, soportaré todas las dificultades sin importar lo grandes que sean y mi espíritu sostendrá mi cuerpo. En lo que a mí concierne, despreciaré las riquezas, tanto si las tengo como si carezco de ellas, y no estaré abatido si están en otra parte como que tampoco me henchiré si brillan a mi alrededor. En lo que a mí concierne, no rendiré pleitesía a Fortuna, ni cuando viene ni cuando se va. En lo que a mí concierne, consideraré todas las tierras como si fuesen mías y a mis tierras como si fuesen ajenas. En lo que a mí concierne, viviré siempre como si hubiese nacido para servir a los demás y por ello le daré gracias a la naturaleza porque ¿de qué mejor manera podría ella haber servido a mis intereses? La naturaleza ha dado mi persona, como individuo, a todos los hombres y me ha dado...