El audaz: 23

El audaz Capítulo XXIII de Benito Pérez Galdós Capítulo XXIII - El pastor Fileno I El curso de los acontecimientos de esta historia exige que nos traslademos a Aranjuez, residencia entonces, a más de la corte de España, de los señores de Sanahuja y de su pastoril engendro Pepita, que se encontró como el pez en el agua al recorrer la huerta y el soto. ¡Cuán superiores eran aquellos sitios a la casa de Madrid, donde no se conocían los placeres que proporciona la contemplación de la Naturaleza, ni se espaciaba el ánimo libremente respirando aires puros y extendiendo la vista por praderas más o menos risueñas, en cuyo fondo se destacaban las grandiosas y seculares arboledas de la Isla y del Príncipe! Pepita no cesaba de establecer esta comparación, haciendo notar las ventajas del campo con un entusiasmo que concluía por aburrir a cuantos la rodeaban, pues no se oían en su boca otras palabras que éstas: «Papá, mire usted aquel árbol; ¿no ve usted aquella...

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