El doctor Centeno: 34
El doctor Centeno Tomo II de Benito Pérez Galdós En aquella casa : VI El caballero manchego, cuya primera hazaña había sido arrancar a la historia la figura de El Grande Osuna para vaciarla en un molde dramático, estaba cada día, más triste, por motivos que no eran de arte. A medida que iba gastando lo que le diera su tía, más se aplanaba su ánimo, y no por la idea de que el tesoro se acabase, sino por los remordimientos que el gastarlo tan sin sustancia le cansaba. Pasado algún tiempo desde la famosa noche de la calle del Almendro, parecía que se enfriaba su caldeado cerebro permitiéndole ver la verdad de aquel peregrino caso. Su tiíta estaba loca, y él, recibidos los dineros, debió ponerlos a disposición de su padre. No lo había hecho por afán de satisfacer gustos y deseos irresistibles de la niñez y de la juventud... Había hecho uso de lo que casi no era suyo, de un caudal venido a sus manos por caminos torcidos... Pero el hervor de su sangre y el...
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