El doctor Centeno: 40
El doctor Centeno Tomo II de Benito Pérez Galdós Principio del fin : III El mal comenzado o más bien recrudecido aquella noche, tenía trazas de no concluir fácilmente. Con modorra y pesadez durante el día, con desasosiego por las noches, pasó Alejandro más de una semana, sin adelantar en su restablecimiento, antes bien decayendo y debilitándose por grados. Una mañana le encontró Felipe despierto a la hora en que por lo general dormía. Palidez mortal cubría su rostro, y sus ojos, engrandecidos hasta lo fenomenal, expresaban estupefacción y terror. ¡Qué noche había pasado!... Después de largas horas de inquietud y ardor tan grandes que creyó revolcarse en un lecho de púas y brasas, había sentido dolorosísima obstrucción en el pecho... No se le quitó hasta que hubo arrojado enorme cantidad de sangre por la boca. Felipe no sabía qué hacer. Su amo, cerrando los ojos, cual si no tuviera fuerzas ni para soportar el peso de los párpados, le dijo:...
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