El médico rural: 18
Capítulo VII 18 Pág. 18 de 28 El médico rural- Segunda parte Felipe Trigo Dos caballos negros, hermosísimos, montado uno por un mozo y el otro de la rienda, detuviéronse en la puerta del médico, llamando la atención del vecindario. Salió Esteban al sentirlos, y reconoció a los de don Teodobaldo Paluzie, personaje de Oyarzábal, que ya había mandado a buscarle tiempo atrás. No venían de parte de su dueño, sino del amigo de éste, doctor Lázaro Aspreaga. El mozo entregó a Esteban la carta en que el ilustre compañero le suplicaba su concurso para una grave operación. -¡Anda, ve! ¡Y a la tarde haces la visita! -apremió Jacinta, orgullosa, porque ganaba mucho su marido y le llamaban de poblaciones importantes. La otra vez le pagó el espléndido señor Paluzie veinte duros; ahora, de la operación, traería cuarenta o cincuenta, por lo menos. Le dio un beso, con aquel amor de niña, de ama de Casa, siempre como acrecido por la sensación del económico...
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