Jarrapellejos: 18
Capítulo XVIII 18 Pág. 18 de 18 Jarrapellejos Felipe Trigo El hombre de las grandes decisiones llamó al juez una tarde, a su despacho. Era el hondo despacho lleno de escopetas y polvorientos legajos de papeles, donde tantas veces se habían resuelto difíciles lances de amor y los graves asuntos de La Joya. El juez, al entrar, vio lo primero la banda y la insignia de la gran cruz de Carlos III, concedida ahora a don Pedro Luis por los méritos contraídos cuando la ya casi olvidada visita del ministro. Se la habían traído esta mañana; del juez había sido la iniciativa para regalársela por suscripción, habiéndola encabezado con treinta duros..., y le contrarió hallar la rica condecoración displicentemente abandonada en una silla... Las condecoraciones, ¿qué le importaban a este hombre que las repartía más prácticas en nombramientos de jueces, de diputados, y que ostentaba la de su «ponerse el mundo por montera» en manchas de la ropa? -Mi enhorabuena,...
Está viendo el 13% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas