La caída de la Casa Usher: 04
04 Pág. 04 de 13 La caída de la Casa Usher Edgar Allan Poe A mi llegada, Usher se incorporó en un sofá donde estaba tendido cuan largo era y me saludó con una calurosa vivacidad, que tenía mucho, pensé al principio, de exagerada cordialidad, de obligado esfuerzo de hombre de mundo ennuyé [aburrido]. Sin embargo, una mirada a su rostro me convenció de su total sinceridad. Nos sentamos y, durante unos instantes, mientras no hablaba, lo observé con un sentimiento en parte de compasión, en parte de espanto. ¡Posiblemente ningún hombre había cambiado tan terriblemente en tan poco tiempo como Roderick Usher! A duras penas pude admitir la identidad del cadavérico ser que tenía ante mí con la del compañero de juventud. Sin embargo, el carácter de su cara había sido siempre extraordinario. La tez cadavérica, los ojos grandes, líquidos e in-comparablemente luminosos; los labios, algo finos y muy pálidos, pero de una curvatura insuperablemente hermosa;...
Está viendo el 14% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas