La de los tristes destinos : 36
La de los tristes destinos Capítulo XXXVI de Benito Pérez Galdós La multitud que ante el Hotel-palacio aguardaba la interesante función de la salida, vio aparecer a doña Isabel del brazo de don Francisco... Su presencia fue saludada con un murmullo de acatamiento respetuoso, y nada más. Atajaron los pasos de la Reina algunas mujeres, que se agolpaban en los peldaños. Eran criadas palatinas, señoras pobres, que habían recibido limosnas de la bondadosa Soberana. De rodillas le besaron la mano; prorrumpieron en tiernos adioses, sollozando... No pudo ya doña Isabel conservar su entereza, y llevándose el pañuelo a los ojos, trataba de abreviar la escena lastimosa... No sabía qué decir... «Adiós, hijas... No lloréis... Volveré... España me quiere... Yo... Adiós... Volveréis a verme». Partieron uno tras otro los blasonados coches, desfilando con la prisa que fatalmente se impone a las salidas no triunfales. En la estación se habían tomado precauciones para...
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