La Divina Comedia: El Infierno: Canto XVI
La Divina Comedia El Infierno: Canto XVI de Dante Alighieri Estaba ya donde se oía el estruendo del agua que caía en el siguiente giro semejante al rumor de las colmenas, cuando juntas tres sombras se apartaron, corriendo, de un tropel que pasaba bajo la lluvia del áspero martirio. Venían a nosotros, y cada una gritaba: Detente, tú, que por el ropaje pareces ser uno de nuestra tierra depravada. ¡Ay de mi! Qué plagas vi en sus miembros, recientes y viejas, producidas por las llamas! Todavía me duele de solo recordarlas. A sus gritos mi doctor se detuvo: Volvió su rostro a mi y: Ahora espera, dijo, con estos corresponde ser cortés. Y si no fuera el fuego que asaeta la naturaleza del lugar, yo diría que más a ti que a ellos valdría la prisa. Así que nos detuvimos, recomenzaron ellos el anterior verso; y cuando a nosotros llegaron entre los tres formaron una ronda. Como los campeones solían hacer, nudos y untos, sondear la presa y buscar ventaja, antes de...
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