La gaviota (Caballero): 12
Capítulo X 12 Pág. 12 de 33 La gaviota (Caballero) Fernán Caballero Marisalada estaba ya en convalecencia; como si la naturaleza hubiera querido recompensar el acertado método curativo de Stein y el caritativo esmero de la buena tía María. Habíase vestido decentemente, sus cabellos, bien peinados y recogidos en una castaña, acreditaban el celo de Dolores, que era quien se había encargado de su tocado. Un día en que Stein estaba leyendo en su cuarto, cuya ventanilla daba al patio grande, donde a la sazón se hallaban los niños jugando con Marisalada, oyó que esta se puso a imitar el canto de diversos pájaros con tan rara perfección, que aquel suspendió su lectura para admirar una habilidad tan extraordinaria. Poco después, los muchachos entablaron uno de esos juegos tan comunes en España, en que se canta al mismo tiempo. Marisalada hacía el papel de madre; Pepa, el de un caballero que venía a pedirle la mano de su hija. La madre se la niega; el...
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