La lucha por la vida III: 081
none Pág. 081 de 127 La lucha por la vida III Tercera parte Pío Baroja En todas partes sucedía lo mismo. El dogma-anarquía, con su andamiaje de principios, marchaba a la bancarrota, y al mismo tiempo que el desprestigio del dogma, venía el de sus defensores y propagandistas. Después de los Quijotes de la anarquía, de los filósofos nihilistas, de los sabios, de los sociólogos, de los anarquistas dinamiteros, venían los anarquistas editores, Sanchos Panzas del anarquismo, que vivían del dogma y explotaban a los compañeros con periodiquitos en donde se las echaban de importantes y de grandes moralistas. Estos buenos Sanchos largaban su sermón plagado de lugares comunes de sociología callejera; hablaban de la abulia, de la degeneración burguesa, de la amoralidad o del agiotismo; en vez de citar a santo Tomás, citaban a Kropotkin o a Juan Grave; definían lo lícito y lo ilícito para el anarquista, tenían la exclusiva de la buena doctrina; sólo ellos...
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