Las mil y una noches:222
Las mil y una noches - Tomo II Pero cuando llegó la 207ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 207ª NOCHE Ella dijo: ...y en un giro rápido como el relámpago, se la arrancó de la mano. Después fué a posarse, algo más lejos, en la copa de un árbol alto, y lo miró, inmóvil y burlona, sujetando con el pico el talismán. Ante aquel desastroso accidente, la estupefacción de Kamaralzamán fué tan honda, que abrió la boca y estuvo algún rato sin poder moverse, pues a su vista pasó todo el dolor con que presentía afligida a Budur al saber la pérdida de una cosa que indudablemente debía estimar mucho. Así es que Kamaralzamán, repuesto de su sorpresa, no vaciló un instante. Cogió una piedra y corrió hacia el árbol en que se había posado el ave. Llegó a la distancia necesaria para tirarle la piedra al ladrón, y ya levantaba la mano apuntándole, cuando el ave saltó del árbol y fué a posarse en otro algo más lejano. Entonces Kamaralzamán la...
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