Las mil y una noches:87
Las mil y una noches Pero cuando llegó la 57ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 57ª NOCHE Ella dijo: He llegado a saber, ¡oh rey afortunado! que el mercader dijo: "No quiero más que verle la cara". Y se adelantó hacia Nozhatú, pidiéndole que le dispensase, y lleno de confusión se sentó a su lado, y le preguntó dulcemente: "¡Oh señora mía! ¿cuál es tu nombre?" Y ella, suspirando, dijo: "¿Me preguntas el nombre que llevo ahora, o mi nombre de los tiempos pasados?" Y él, asombrado, exclamó: "¿Tienes un nombre nuevo y un nombre antiguo?" Y ella dijo: "Sí, ¡oh anciano! ¡Mi nombre antiguo es Delicias del Tiempo, y el nuevo es Opresión del Tiempo!" Al oír estas palabras llenas de amargura, el mercader notó que las lágrimas le bañaban los ojos. Y la joven Nozhatú tampoco pudo contener sus lágrimas, y recitó estas estrofas: Mi corazón te guarda, ¡oh viajero! ¿Hacia qué tierras desconocidas has partido, en qué pueblos, en qué moradas...
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