Las tormentas del 48: 22
Las tormentas del 48 Capítulo XXII de Benito Pérez Galdós 6 de Mayo.- Amigos míos del tiempo futuro, sabed que no me mató Andrade. Imagino vuestra inquietud y la impaciencia con que aguardáis el resultado del temido choque, y me apresuro a tranquilizaros, declarando que vuelvo incólume a mi guarida, sin un rasguño, sin el menor desperfecto en ninguna de las partes de mi interesante persona... En cambio, mi enemigo... Pero no quiero precipitar los sucesos, y proponiéndome que estas relaciones remeden en lo posible los procederes de la grave Historia, dejadme que refiera con pausa y método mi lance de honor, con todos sus preámbulos y secuencias. Pues cuando llegó Aransis, serían las siete, me dispuse a salir con él, tratando de escabullirme sin que Antonia se enterase. Ni ésta debía verme, ni Margarita conocer los motivos de mi salida en hora tan temprana. Mas no me valieron mis precauciones, porque la enferma, que con sagaz atención de oreja me había sentido...
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