Los Negros

Los Negros de Federico García Lorca Para Ángel del Río NORMA Y PARAISO DE LOS NEGROS Odian la sombra del pájaro sobre el pleamar de la blanca mejilla y el conflicto de luz y viento en el salón de la nieve fría. Odian la flecha sin cuerpo, el pañuelo exacto de la despedida, la aguja que mantiene presión y rosa en el gramíneo rubor de la sonrisa. Aman el azul desierto, las vacilantes expresiones bovinas, la mentirosa luna de los polos, la danza curva del agua en la orilla. Con la ciencia del tronco y el rastro llenan de nervios luminosos la arcilla y patinan lúbricos por aguas y arenas gustando la amarga frescura de su milenaria saliva. Es por el azul crujiente, azul sin un gusano ni una huella dormida, donde los huevos de avestruz quedan eternos y deambulan intactas las lluvias bailarinas. Es por el azul sin historia, azul de una noche sin temor de día, azul donde el desnudo del viento va quebrando los camellos sonámbulos de las nubes vacías. Es allí...

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