Motor
Historia Prescindiendo de los motores que utilizan la energía animal (norias para sacar agua), la del agua o la del viento (molinos), cuyos antecedentes se pierden en la antigüedad, los motores térmicos (que utilizan la fuerza de expansión de los gases al calentarlos) tienen su origen en la invención de la máquina de vapor y de los motores de combustión interna o de explosión. En 1799 el francés Ph. Labon proyectó un motor de combustión de gas, que no llegó a construirse. En 1860, otro francés, E. Lenoir, inventó un motor de gas de hulla. Dos años más tarde, su compatriota Beau de Roches abogó por la utilización de una mezcla de aire y gasolina, y proyectó el ciclo de cuatro tiempos. Ideas que fueron recogidas por Lenoir, que construyó un motor sobre esas bases. Los alemanes N. A. Otto Y E. Langen construyeron en 1876 un motor de cuatro tiempos que funcionaba con gas del alumbrado, perfeccionado posteriormente por G. Daimler. En 1893, otro alemán, Diesel, inventó el motor que lleva su nombre. Los motores eléctricos se iniciaron con el invento del inglés Barlow en 1828 de lo que se ha llamado rueda de Barlow. En 1834, el alemán M. H. von Jacobi construyó un motor eléctrico alimentado por pilas. La aplicación de las dínamos como motores se le atribuye al inventor de las mismas, el belga Gramme, quien en 1873 descubrió que variando las conexiones la dínamo actuaba como un motor, accionada por acumuladores. El motor síncrono se debe al británico Hopkinson, que expuso la teoría del mismo en 1883, y el asíncrono al yugoslavo Tesla (1887).
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