EL IMPRESIONISMO Y LA ALEGRÍA DE VIVIR Al sobrevenir la guerra de 1870, Renoir es incorporado a un regimiento de caballería. Atacado por la disentería no participa en los combates pero queda profundamente afectado por la desaparición de Bazille, muerto a los 29 años. Durante la Comuna, el pintor que «vaga sin dinero de París a Versalles y de Versalles a París» tiene amigos en los dos campos. No demuestra ningún interés por la política y su compromiso se resumirá durante toda su vida en lo que él llama «la política del corcho»: flotar en la marea de los acontecimientos. De 1871 a 1873, Renoir alquila un estudio en la calle Notre-Dame-des-Champs, una de las más populares entre los artistas. Es la época de sus encuentros con Verlaine –al que ya conocía– y con Rimbaud, en casa de Edmond Maître y del músico Cabaner, hoy día redescubierto por Colomer. También es la época en que Durand-Ruel compra su lienzo El Pont des Arts, que supone el inicio de una relación fiel y constante con este vendedor de arte que tanto defenderá el impresionismo. El Salón de 1872 rechaza sus Parisienses con atuendo argelino, un sensible reflejo de la influencia de Delacroix. Es el último lienzo para el que posa Lise, que desaparece de su vida para casarse con un arquitecto. Poco después, el artista comienza una obra muy ambiciosa, Senda para jinetes en el Bois de Boulogne, para la cual tiene a su disposición el salón de fiestas de la Escuela Militar. En un estilo todavía próximo al de Courbet, representa a la señora Darras y a un adolescente, el hijo de Charles Le Cœur. El cuadro tampoco es admitido por el jurado de 1873 y se expone en el Salón de los rechazados, organizado bajo la presidencia de Harpignies.