Veinte años después: XC. La conferencia
Veinte años después: Capítulo XC. La conferencia de Alejandro Dumas Mazarino descorrió el cerrojo de una puerta de dos hojas a cuyo umbral estaba Athos pronto a recibir a su ilustre visitador, anunciado aquella tarde por Comminges. Al ver a Mazarino se inclinó y dijo: ––Bien hubiese podido Vuestra Eminencia dispensarse de traer compañía; es sobrado grande el honor que recibo para olvidarme yo de él. ––Por esa misma razón, amigo mío ––dijo Artagnan––, no quería Su Eminencia que viniésemos; pero Du-Vallon y yo hemos insistido, tal vez con poca cortesía: tal era el deseo que de veros sentíamos. Aquella voz, aquel irónico acento y los ademanes que al acento y la voz acompañaban, hicieron a Athos temblar de sorpresa. ––¡Artagnan! ¡Porthos! ––exclamó. ––En persona, amigo mío. ––¿Qué quiere decir esto? ––preguntó el conde. ––Esto quiere decir ––contestó Mazarino, procurando como antes sonreírse y mordiéndose al mismo...
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