VI. Cultura y civilización en el Imperio Mongol

03/12/2024 5.441 Palabras

Los primeros bancos Marco Polo. Colección Bertarelli, Milán. Marco no comprendió que los billetes de banco eran solamente una promesa de pagar en monedas; si los billetes no estaban respaldados por esa moneda, carecían de valor. El Gran Khan emitía sus billetes contra las enormes cantidades de metales preciosos que poseía. Lo que pretendía, al establecer este sistema, no era enriquecerse personalmente, sino proporcionar una moneda universal y estable a todos los territorios que gobernaba. Así se facilitaba el comercio y se aumentaba la riqueza general de la comunidad. «Hace fabricar tal número de ellos, que puede comprar fácilmente todos los tesoros de la tierra. Y una vez estampillados, los hace repartir por todas las provincias, reinos y señoríos, y paga con ellos todas las cuentas. Nadie puede desechar esa moneda, so pena de muerte… Los comerciantes lo aceptan con gran placer porque con ellos pueden a su vez comprar cuanto quieran… Cuando esos papeles se rompen, o ensucian, o deterioran, se los llevan a la Ceca, donde los cambian por nuevos con una disminución del 3 por 100. Y cuando un hombre quiere adquirir un cinturón de oro, una vajilla de plata o joyas y preseas se va a la Ceca del Gran Khan y le lleva los papeles en pago del oro y la plata que compra al barón que dirige la Ceca». Cuando llegaban comerciantes extranjeros a la frontera, tenían que cambiar por papel todo el oro y plata que llevasen; a su vez, los doradores y plateros podían ir a la casa de la moneda en busca del metal que necesitasen para sus obras. Marco Polo se equivoca al pensar que Kublai había inventado el papel moneda. Las dinastías chinas Sung y Tang lo usaban ya, así como los pueblos de la estepa que conquistaron el norte de China antes que los mongoles; de hecho, su utilización se remontaba a unos cuatro siglos atrás. Tampoco dice que la moneda de Kublai se depreció porque no pudo mantener el equilibrio entre el número de billetes emitidos y la reserva de oro de su tesorería. Esto ocurrió cinco años antes de que los Polo abandonaran China. El Gran Khan tuvo que emitir una nueva serie de billetes, porque los viejos se habían depreciado tanto que cinco de ellos equivalían a uno de los nuevos. Es muy raro que Marco Polo, siendo comerciante, no comprendiera la teoría del papel moneda. Aunque en Europa no se utilizaban billetes de banco, en una ocasión, el emperador Federico II emitió billetes de cuero en los que iba estampada una promesa de pago y que circularon durante algún tiempo; y, de todas formas, los comerciantes de la época conocían muy bien el funcionamiento de las letras de cambio, lo que le podía haber dado la clave para comprender cómo funcionaba la moneda en el imperio mongol. Sin embargo, su deducción es muy infantil: «Y ya veis cómo el gran señor puede tener, y tiene, los mayores tesoros del mundo». En todo el asunto del papel moneda hay un hecho importantísimo que le pasó asimismo inadvertido. No «vio» que los billetes de banco tenían su leyenda impresa. Efectivamente, en ningún pasaje del Libro menciona la imprenta, aunque en la época de los mongoles estaba plenamente desarrollada. La fecha de invención de la imprenta en China con caracteres independientes se remonta al siglo XI, dos siglos antes de Marco Polo; la imprenta por medio de planchas era mucho más antigua. Esto hubiera sido un hecho de gran interés para Europa, a donde no llegó la imprenta hasta el siglo XV. Todo ello demuestra el escaso o nulo interés que tenía Marco por los asuntos culturales, porque aunque la corte de los mongoles no fuera excesivamente culta, Marco sin duda oyó hablar de la imprenta, ya que la literatura china de la época estaba totalmente impresa.

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