XXV. Un contrato ventajoso

VALLE-INCLÁN, que en este año de 1926 también ha publicado Tablado de marionetas para la educación de los Príncipes —título que agrupa La enamorada del Rey, La Reina castiza y La cabeza del dragón—, anda ahora a vueltas con su teatrillo particular de El Cántaro Roto. Seguía obstinadamente don Ramón soñando con grandes creaciones teatrales, renovación de verdad y sin trampa ni cartón, y hubiese dedicado sin duda todas sus ansias a la farándula si no contasen los empresarios, los cómicos, las cómicas, los celos, las rencillas, los resquemores y todo ese trasfondo que se hurta al espectador. Además Valle-Inclán nunca pudo comprender un arte que fuese el resultado del conjuntado esfuerzo de muchos. Para él, el arte es fenómeno tan íntimo, tan cordial, que sólo uno, con su solitario esfuerzo, puede abordar. Por eso dejó el teatro cuando un vago éxito empezaba a sonreírle. Y por eso, también, se fue al Teatro del Mirlo Blanco creado por los Baroja, en donde no...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información