Zalacaín: 16
Zalacaín el aventurero Libro Segundo: Andanzas y correrías Capítulo VI de Pío Baroja CÓMO CUIDÓ LA SEÑORITA DE BRIONES A MARTÍN ZALACAÍN Cuando de nuevo pudo darse Martín Zalacaín cuenta de que vivía, se encontró en la cama, entre cortinas tupidas. Hizo un esfuerzo para moverse y se sintió muy débil y con un ligero dolor en el muslo. Recordó vagamente lo pasado, la lucha en la carretera, y quiso saber dónde estaba. — ¡Eh! --gritó con voz apagada. Las cortinas se abrieron y una cara morena, de ojos negros, apareció entre ellas. — Por fin. ¡Ya sé ha despertado usted! — Sí. ¿Dónde me han traído? — Luego le contaré a usted todo --dijo la muchacha morena. — ¿Estoy prisionero? — No, no; está usted aquí en seguridad. — ¿En qué pueblo? — En Hernani. — Ah, vamos. ¿No me podrían abrir esas cortinas? — No, por ahora no. Dentro de un momento vendrá el médico y, si le encuentra a usted bien, abriremos las cortinas y le permitiremos...
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