El ocaso de Carlos V

Introducción

Poco después de la apoteosis de la coronación imperial en Bolonia, Carlos V vio oscurecerse el horizonte. Muchos peligros, provisionalmente evitados en el curso de los dos años funestos (1529-1530), se presentaban de nuevo. En Alemania, la Liga de Schmalkalden, que reunía a once ciudades y a seis príncipes luteranos, continuaba activa, aunque el ataque de los turcos contra Viena y los excesos de los anabaptistas de Münster, en Westfalia, habían impuesto una especie de «unión sagrada» entre católicos y protestantes. Por esa parte, nada se había arreglado, y la anarquía alemana amenazaba al imperio, mientras los agentes de Francia se mostraban muy activos. Francisco I esperaba sólo la primera ocasión para reducir la importancia de su rival y encender nuevamente la guerra.

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información