Febrero, el segundo mes del año en el calendario gregoriano, es conocido por ser el más corto con 28 días en años comunes y 29 en años bisiestos. Excepcionalmente, ha habido un 30 de febrero en ciertas circunstancias históricas, como durante la conversión del calendario juliano al gregoriano o en la adopción de calendarios revolucionarios donde todos los meses constaban de 30 días. El nombre de febrero deriva de las "februa", relacionadas con las Lupercales, un festival de purificación en la antigua Roma. Originalmente, este mes era el último del año y su nombre proviene de "februum", que significa purificación. El festival se celebraba el 15 de febrero, y con el tiempo, el mes que albergaba esta festividad tomó su nombre. En la iconología romana, febrero estaba asociado a Neptuno y representado por una figura femenina vestida de azul, portando un ave acuática y con una urna que derrama agua, simbolizando las lluvias del mes. Esta imagen se enriquece con elementos...