La educación de Aquiles
Tipos y paisajes criollos - Serie IV La educación de Aquiles de Godofredo Daireaux La educación de Aquiles -«Alcánzame el chiquilín, Eufemia», dijo don Antonio a su mujer, al montar a caballo, para ir a repuntar la majada. Y doña Eufemia, sin la menor emoción, entregó al centauro, su esposo, el joven Aquiles, tiernísimo fruto de sus amores, que recién empezaba a probar con las patitas la firmeza del suelo. Y la criatura, con los ojos agrandados por una curiosidad risueña, miraba las orejas del caballo, volvía la cabeza hacia su madre, se reía, y el padre, apretando las rodillas, hacía caminar al tranquito el animal, en medio de los palmoteos maternos y de las exclamaciones de triunfo: «¡Mirá el jinetito! ¡pégale, mi hijito!» Y del tranco, se pasó al trote sacudidor, que duró poco, sólo algunos pasos, empezando a galopar, de este galope suave, hamacador, pampeano, que sin atropellar, silencioso, se traga las leguas, sin contarlas. Y dieron despacio la...
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