(Le Jeu de Robin et Marion). Pastoral dramática de Adam de la Halle, escrita y sin duda representada en Nápoles, en la corte de Carlos de Anjou, hacia 1283, el día siguiente de las trágicas Vísperas sicilianas. Se trata de la obra más célebre del teatro profano del siglo XIII. Por otro lado, se inscribe a contracorriente de la evolución del teatro medieval, que, salido del canto llano, se orienta hacia una expresión literaria -sobre todo sensible en el drama litúrgico- y no retiene más que «algunos recuerdos musicales de sus orígenes». En Le Jeu de Robín et Marion, efectivamente, el argumento no puede ser más profano, y la música y el canto permanecen en primer plano, esencialmente por su integración total en la acción. Fue esta primacía la que hizo considerar la obra, en otro tiempo, como una clase de anticipación de la ópera-cómica, en razón, precisamente, de los numerosos «estribillos» y canciones (de inspiración popular) de los que está salpicada. En...