Miguel Cabero
España, siglo XVII. Guitarrista. Intervenía como músico en la academia literaria del príncipe de Esquilache, que celebró sus sesiones en Zaragoza en la década de 1660. Pedrell recoge un vejamen hecho por el licenciado Vicente Sánchez en esta academia, de la que era fiscal. El pasaje aparece en la Lira poética del licenciado Vicente Sánchez (Zaragoza, Manuel Román, 1688, 38), de donde lo toma Pedrell; también Barbieri hace referencia a esta obra. En este vejamen se retrata a un guitarrista que frecuentaba estas juntas literarias llamado Miguel Cabero, muy aficionado a tocar danzas de la época, y al que la academia había dado un pie forzado para sus creaciones músico-poéticas: “Pisando de puntillas, y de aquello de ¡ay no me haga de lodo!, salía un estudiantillo barbi-poniente, o por mejor decir barbi-oriente, pues ahora le nace la barba. Éste es, dijo el Fiscal, Enano, D. Miguel Cabero; diole asunto la Academia con la glosa de una redondilla, que como es músico...
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