Título dado por Carl Nielsen a su Sexta Sinfonía, compuesta en 1924-25 y estrenada el 11 de diciembre de 1925 por la Orquesta del Teatro Real de Copenhague, bajo la dirección del compositor. Concebida en un ideal de belleza pura y simple, como en las antiguas músicas a cappella —de aquí el título—, el autor deseaba que fuera lo más alegre posible. Sus cuatro movimientos son independientes entre sí desde el punto de vista musical y expresivo. El primero, Tempo giusto, bloque sonoro que cuenta entre las arquitecturas más bellas de su autor, experimenta los ataques salvajes de los instrumentos de viento y se convierte en dramática. El allegretto (Humoresque), lleno de contradicciones tonales, contiene cuestiones relativas a la música moderna y caricaturiza las corrientes de los años veinte por medio de ritmos espasmódicos...