... vamos, señorito, no se burle... –y le ardÃa la cara.–Y ahora, con esos colores, talmente el sol...–Vamos...–Ven acá, ven. Tú dirás que el señorito Augusto se ha vuelto loco ...
... , apenas vestido, me pasaba el dÃa en la playa jugando con otros chicos de mi edad. Curtido por el sol y el aire del mar, mi rostro hacÃa singular contraste con mis cabellos rubios y mis ojos claros ...
... , ardÃan delante de altares favoritos. A la Virgen del altar mayor la iluminaba un rayo de sol que atravesaba una ventana estrecha de vidrios blancos y azules.Sobre el pavimento, de losas desiguales ...
... limitaciones de la moral casera y de las conveniencias. Esto era tan natural como la salida del sol, y yo harÃa muy bien en guardar para otra ocasión mis refunfuños profesionales, porque ni venÃan ...
... n corriente en Madrid y en toda Espa& 241;a, cre& 237;a que el poder militar de Francia era incontrastable; que el sol de la leyenda napole& 243;nica no se hab& 237;a eclipsado, y como un lorito repet ...
... , y, en vez de andar, creÃa deslizarme sobre la tierra. Al salir, me deslumbró el sol: ya no estaba en el cenit ni mucho menos; pero era la hora en que sus rayos, aunque oblicuos, queman más: debÃan ...
... juego inocente, la tonterÃa deliciosa de aquellas frescas almas que acababan de abrir sus corolas al sol de la vida? Las breves cláusulas que ligeras se cruzaban eran, por un lado, lo más insulso ...
... una gran ventura en cuestión de intereses. ¡Oh Si la ingrata se aviniera a dar el deseados, el Obrero-Sol serÃa un ejemplo de hombre venturoso cual pocas veces se ha visto sobre la Tierra. DirÃase ...
... . Y consiguió penetrar en aquel lugar, trozo arrancado del paraÃso. Y en aquel momento desaparecÃa el sol en el horizonte occidental y la luna mostraba su rostro tras los velos del Oriente. Y el joven ...
... .Inmunda charca es tu fondo,tristes collados tus bandas,que el cierzo hiela en invierno,que el sol en verano abrasa.Ni las aves te visitan,ni te conocen las auras,ni en la arena de tu suelola oveja ...
... gris de las lejanÃas, en las hondonadas densamente doradas a fuego, recocidas, irisadas por el sol. No niego el encanto de las salas históricas, alicatadas, caladas, policromadas, de los alhamÃes ...
... supuesto se estudiaron la conjunción de los astros y las posiciones de la luna y del sol, que en aquellos momentos se acercaban a su nadir. Penrose, siempre discreto en lo que puede ser aventurado ...
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