El conde de MontecristoTercera parte: Extrañas coincidenciasCapítulo 4de Alejandro Dumas Capítulo cuartoLa casa de AuteuilAl bajar la escalera, Montecristo había observado que Bertuccio se había ...
... aspecto distinto: la primera era morena, la segunda negra, la tercera blanca, la cuarta rubia, la quinta gruesa, la sexta delgada y la séptima roja. Y Abul-Hassán las examinó con más gusto y atención ...
... . El 7 de marzo de 2005 fue hospitalizado de nuevo en el Centro Cardio-Torácico de Mónaco, por quinta vez en poco más de un año, debido una infección broncopulmonar. Su estado se agravó el día 22 ...
... los hijos que dejó; ¿de qué, pues, le sirven los hijos, los huertos, los palacios? ¿Será, acaso, la quinta esencia de nuestro amor propio este deseo de dejar nombre a la posteridad? Sospecho ...
... & 233; a cenar esta noche en una casa de campo que encontraremos cerca de San Pedro de Tavira. Es la quinta de Aizpur& 250;a, hoy propiedad de mi prima Pepita Izco. Sabiendo que son ustedes amigos ...
El conde de MontecristoPrimera parte: El castillo de IfCapítulo 11de Alejandro Dumas Capítulo onceEl ogro de CórcegaAl contemplar aquel rostro tan alterado, el rey Luis XVIII rechazó violentamente la ...
... eclesiásticas lo aprehendieron, manteniéndolo en un calabozo a las órdenes del Concilio. En su sesión quinta confió éste a una comisión de cardenales y varios doctores el examen de las doctrinas ...
... Castel Gandolfo, recreo estival del Papa, me indicó que fuese a pasar las vacaciones a su quinta de Albano, donde hallaría dispuesta una estancia. Me encargaba del arreglo de su biblioteca, que tenía ...
... sin hacer nada en el patio. Empieza por éste.Y Fiodor Pavlovitch le entregó el libro Las tardes en la quinta próxima a Dikaneka.Esta obra no gustó al muchacho. La terminó con un gesto de desagrado ...
... s fuerte.Guerra y Paz de León TolstoiPrimera parte -Segunda parte -Tercera parte -Cuarta parte -Quinta parte -Sexta parte -Séptima parte -Octava parte -Novena parte -Décima parte -Undécima ...
... Señora de los ojos grandes. Estas cuatro, Tula, Clara, Rosa y Argos divina, y la quinta, Constanza, eran las que ya gozaban del fuero de mujeres hechas y derechas. Las demás estaban en la categoría ...
... escultura en su casa de Madrid, en su dormitorio.Sino que el prócer portugués dueño de esta quinta, debía de haber pagado un caudal por la copia que aquí extasiaba a Augusto y que le había ...
... no hubiera llevado a las buenas amigas a hablar de Elena y de la tía... que no estaban en la quinta.–No, señores: no están en casa: están en el prado Somonte viendo segar yerba y cargar ...
... , la tercera, Larak, la dio a Pabilsag, la cuarta, Sippar, la dio al héroe Utu, la quinta, Shuruppak, la dio a Sud. Él proclamó los nombres de aquellas ciudades y las designó como centros de culto ...
NazarínCuarta Parte Capítulo IVde Benito Pérez Galdós Cuarta ParteIV-¿Oyó usted anoche, desde su dormitorio, lo que hablamos Ándara y yo? -No, mujer. Desde mis aposentos no puede oírse nada. Además, ...
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