Veinte años después: Capítulo LXXXVIII. El brazo y la cabezade Alejandro Dumas La cena fue silenciosa, pero no triste, pues de vez en cuando animabael rostro de Artagnan una de esas sonrisas de ...
El conde de MontecristoCuarta parte: El mayor CavalcantiCapítulo 7de Alejandro Dumas Capítulo séptimoLa promesaEra Morrel, en efecto, que, desde la víspera, no vivía ya; con ese instinto particular ...
Los tres mosqueterosLa ejecuciónde Alejandro Dumas (padre) Era medianoche aproximadamente; la luna, escoltada por su menguante y ensangrentada por las últimas huellas de la tormenta, se alzaba tras la ...
Los tres mosqueterosEn Franciade Alejandro Dumas (padre) El primer temor del rey de Inglaterra, Carlos I, al enterarse de esta muerte, fue que una noticia terrible desalentase a los rochelleses; trató ...
El conde de MontecristoPrimera parte: El castillo de IfCapítulo 23de Alejandro Dumas Capítulo veintitrésLa isla de MontecristoPor uno de esos azares inesperados, que tal vez suceden a aquellos que la ...
Los tres mosqueterosDArtagnan se perfilade Alejandro Dumas (padre) Como habían previsto Athos y Porthos, al cabo de una media hora DArtagnan regresó. También esta vez había perdido a su hombre, que ...
Los tres mosqueterosQuinta jornada de cautividadde Alejandro Dumas (padre) Milady había llegado a la mitad del triunfo y el éxito obtenido redoblaba sus fuerzas.No era difícil vencer, como lo había ...
Veinte años después: Capítulo LXXXIII. El camino de Picardíade Alejandro Dumas Bien sabían Athos y Aramis que así que pusieran el pie fuera de Paris,a la seguridad que en él disfrutaban acontecerían ...
Veinte años después: Capítulo XLIII. Tío y sobrinode Alejandro Dumas Esperaba a lord Winter en la calle su lacayo con su caballo; montó rápidamentey se encaminó a su habitación, pensativo y mirando ...
Veinte años después: Capítulo XXIX. El buen consejero Brousselde Alejandro Dumas Pero desgraciadamente para el cardenal Mazarino, que a la sazón estabade mal estrella, no había fallecido el consejero ...
... VIII. En que se ve cuánto puede influir medio doblón en un bedel y en un niño de corrode Alejandro Dumas Artagnan empezó a andar hacia el Puente Nuevo, muy contento porhaber encontrado a Planchet ...
... aun en las situaciones más desesperadas no pierden los corazones generosos el ánimo ni los buenos estómagos el apetitode Alejandro Dumas --Marchando al galope los fugitivos, sin pronunciar una...
Veinte años después: LXXVII. Fatalidadde Alejandro Dumas En efecto, no bien pronunció Artagnan estas palabras resonó un silbidoen el falucho que ya empezaba a perderse entre la bruma y la oscuridad ...
Veinte años después: Capítulo LIII. Una entrevistade Alejandro Dumas Aquella mañana hallábase Artagnan acostado en el dormitorio de Porthos,costumbre que habían adoptado los dos amigos desde que ...
Veinte años después: Capítulo LXXXIV El agradecimiento de Ana de Austriade Alejandro Dumas Athos no encontró los obstáculos que antes esperaba para ser presentadoa Ana de Austria; antes bien, todo ...
Los tres mosqueterosLa condesa de Winterde Alejandro Dumas (padre) Durante el camino, el duque se hizo poner al corriente por DArtagnan no de cuanto había pasado, sino de lo que DArtagnan sabía. Al ...
Los tres mosqueterosLa intriga se anudade Alejandro Dumas (padre) Una vez hecha la visita al señor de Tréville, DArtagnan tomó, todo pensativo, el camino más largo para regresar a su casa.¿En qué ...
Los tres mosqueterosDonde se trata del equipo de Aramis y de Porthosde Alejandro Dumas (padre) Desde que los cuatro amigos estaban a la caza cada cual de su equipo, no había entre ellos reunión fija. ...
... Artagnan, hablando con Porthos, comprende que la felicidad no consiste precisamente en ser ricode Alejandro Dumas Artagnan pasó la verja y se encontró delante del castillo: estaba echandopie a tierra ...
Veinte años después: Capítulo XXIII. El abate Scarronde Alejandro Dumas En la calle de Tournelles, había una casa conocida de todos los portaliterasy lacayos de París, a pesar de que no pertenecía a n ...
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